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miércoles, 15 de junio de 2016

De Turbo a Capurganá

El mal trago de nuestra estancia en Turbo cobra sentido cuando llegamos a Capurganá. Este lugar no es una isla pero su limitado acceso (barco o avioneta) y su baja afluencia turística, lo hacen mágico. Las ciclas han dejado de ser inseparables y se han quedado en el hotel porque en la lancha no nos permiten traerlas. Hablando con Malou, una holandesa que viaja sola, nos ha dicho que tenia reserva para dormir en un hostel llamado la Bohemia, regentado por un Francés donde no hemos tardado en sociabilizar con casi todos los huéspedes, también franceses y formar un grupo para realizar las actividades pertinentes.










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